ATECE, la Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Gipuzkoa, ha celebrado en el salón de plenos del Ayuntamiento de San Sebastián el acto institucional con motivo de su trigésimo aniversario. Además de los usuarios, sus familiares y amigos, junto con la Junta Directiva de ATECE, a la celebración asistieron diversas autoridades, como Eneko Goia, alcalde de San Sebastián; Xabier Ezeizabarrena, presidente de las Juntas Generales de Gipuzkoa; María Jesús Idoeta, concejala de Servicios Sociales, Acción Comunitaria y Barrios del Ayuntamiento de San Sebastián; Maite Peña, diputada de Cuidados y Políticas Sociales de la Diputación Foral de Gipuzkoa; y Txaro Rodrigo, directora de Atención a las Personas con Dependencia y Discapacidad.
Tras una bienvenida con txistularis y dantzaris, se pasó en primer lugar a la proyección de un vídeo, con declaraciones de las autoridades, junto con las de los usuarios, familiares y miembros de ATECE. A continuación, el programa continuó con una exposición resumida sobre el daño cerebral adquirido, a cargo de la neuróloga Maite Martínez de Albéniz, actualmente directora de Asistencia Sanitaria de Osakidetza/Servicio Vasco de Salud.
El acto central del programa consistió en una breve exposición de las primeras tres décadas de actividad de ATECE Gipuzkoa, que corrió a cargo de su presidente, José Manuel Amador. En su alocución, tuvo palabras de agradecimiento para «muchas empresas de Gipuzkoa, fundaciones, entidades públicas, Diputación, ayuntamientos, en especial el Ayuntamiento de Donostia, entre otras, que han hecho posible gracias a sus aportaciones económicas que la Asociación continúe con su labor».
José Manuel Amador destacó que «el eje de la asociación está en las personas con daño cerebral adquirido y es sus familias». Según dijo, «el número de personas que se acercan por primera vez hasta nuestra entidad cada vez es mayor, como cada vez es mayor el de personas que se benefician directamente de alguno de sus servicios y actividades».
Treinta años después de su constitución, «ATECE no solo lo ha crecido, sino que ha contado con el reconocimiento público de diferentes entidades como la Diputación y el Ayuntamiento , recibiendo el Premio al Voluntariado y la Medalla al Mérito Ciudadano, convirtiéndose en un referente en daño cerebral y, lo más importante, mirando hacia adelante para seguir creciendo», aseveró.
Antes del fin del acto, se procedió a la entrega de un obsequio como reconocimiento y agradecimiento de ATECE a los representantes de más de una veintena de entidades, públicas y privadas, que han apoyado a la asociación durante las tres últimas décadas. Éstas fueron: el Ayuntamiento de Donostia / San Sebastián, la Diputación Foral de Gipuzkoa, las Juntas Generales de Gipuzkoa, Daño Cerebral Estatal (Federación Española de Daño Cerebral), Hospital Aita Menni, CaixaBank, Caja Laboral, Fundación Kutxa, Gizalde, El Diario Vasco, Onda Cero Radio Gipuzkoa, Goizper Group, Tecnun, Fiscalbide, Danobat, AFM, Irizar, Club Deportivo Fortuna, Orona, INER, S. Coop. y Berakolan.
30 años de servicio a las personas con daño cerebral adquirido y sus familias
Tal y como recordó durante su intervención en el acto José Manuel Amador, presidente de la asociación y conductor del evento, ATECE, la Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Gipuzkoa se formó en el año 1994, un 16 de diciembre, «cuando tres familiares de personas con daño cerebral adquirido firmaron el acta fundacional».
La Asociación se constituyó «ante las carencias sociosanitarias, la falta de atención por parte de la Administración y la inexistencia de apoyo a los familiares» y con el objetivo de «alzar la voz para dar a conocer este vacío existente».
Hasta el año 1997 la actividad de ATECE estuvo centrada en charlas y dinámicas de apoyo dirigidas a familiares y llevadas a cabo en una sala dispuesta para todas las asociaciones de San Sebastián, situada en la calle Oquendo. En este mismo año, en 1997, la Diputación Foral de Gipuzkoa cedió un local compartido con otras asociaciones, situado en Txara I y, ahí «ATECE cambió su perspectiva».
Por un lado, según explicó el presidente, se dieron cuenta de que no estaban solos, «que había otras personas, otras familias que estaban pasando por situaciones similares, que también se encontraban sin cobertura». Es entonces cuando la asociación, poco a poco, empezó a crecer y a dar cobertura y respuestas a las necesidades que detectaba.
De este modo, se comenzó a buscar «el apoyo de profesionales especializados en el tratamiento de la lesión cerebral» y a realizar «un importante esfuerzo para contratar su propio equipo profesional, darle la formación que necesitaba y seguir impulsando el voluntariado, apoyado siempre en una junta directiva».
El primer equipo de profesionales que se puso en marcha en ese mismo año, estuvo formado por una trabajadora social, una psicóloga y una administrativa, «que comenzaron a trabajar de forma voluntaria». En 1998 se empezaron a realizar contrataciones por pocas horas semanales que, «junto con mucho trabajo voluntario» comenzó a poner en marcha la asociación. Es una época en la que se realizaron muchos viajes a Madrid, a otras comunidades, donde otras asociaciones también estaban comenzando y donde se creó FEDACE la Federación Española de Daño Cerebral, actualmente, Daño Cerebral Estatal.
La asociación fue creciendo y consolidándose, «poniendo en marcha programas y servicios orientados al mantenimiento y promoción de la autonomía personal, la inclusión social de la persona afectada y la atención directa al familiar y cuidador», detalló José Manuel Amador.
En el año 2000 comenzaron las gestiones para abrir un centro de día en Arrasate/Mondragón y un año después se firmaron las primeras contrataciones. Este centro funcionó con diferentes profesionales atendiendo a personas del Alto Deba, hasta el año 2007, en que la gestión pasó a ser de Aita Menni.
En el año 2008 ATECE firmó un convenio de colaboración con la Diputación Foral de Gipuzkoa «lo que dio estabilidad a la Asociación y permitió seguir ofreciendo sus servicios en Donostia, donde se atiende a personas de toda Gipuzkoa».
El número de personas atendidas comenzó a aumentar y «se vio imposible entonces ofrecer la atención en el espacio compartido en Txara I», por lo que, tras diferentes gestiones, se comenzó a realizar las actividades en otras ubicaciones: «primerio en Puio, luego en Lizardi y, finalmente, en Bertsolari Xalbador, donde se ubicó ATECE hasta el año 2019». Estos locales fueron cedidos por el Ayuntamiento de Donostia.
Asimismo, y desde 2015, la Asociación acude dos veces al mes al Hospital Universitario Donostia, «como apoyo a los familiares que tienen a un familiar ingresado, gracias a la cesión de un despacho compartido con otras entidades», puntualizó el presidente de la Asociación.
En el año 2019, ATECE logró uno de sus objetivos más primordiales, que es el de conseguir un local que se adecue mejor a sus necesidades. «Hasta ese momento, se habían compartido locales con otras asociaciones, cedidos tanto por la Diputación Foral de Gipuzkoa como por el Ayuntamiento de Donostia. En 2019 se aunaron todos los servicios en el local situado en la calle Escolta Real, número 32, donde se atiende a personas de toda Gipuzkoa».
Estos treinta años de trabajo, según el presidente de ATECE, «se han llevado a cabo, por un lado, por las juntas directivas de la Asociación, por el esfuerzo personal de cada uno de sus miembros, que han trabajo a su favor siempre de una manera voluntaria. También por los diferentes profesionales incorporados a ATECE (psicóloga, trabajadora social, dos monitores, un logopeda y un fisioterapeuta, y con la incorporación de un profesional más en el año 2023, debido al aumento del número de personas atendidas».
«También son muchas las personas voluntarias que a lo largo de estos años han pasado por nuestra asociación», continuó explicando José Manuel Amador, «personas de diferentes edades, motivaciones, circunstancias, sin experiencia, que han querido ofrecer una parte de su tiempo libre a nuestra entidad». Igualmente, citó a «estudiantes de Psicología, familiares que acudían al Hospital Universitario Donostia como apoyo a otros familiares, personas que realizaban actividades de ocio los fines de semana, o que acompañan en actividades concretas, como la marcha solidaria, entre otras».
Sobre el daño cerebral adquirido
El daño cerebral adquirido (DCA) es la afectación repentina del funcionamiento del cerebro en una persona que, sin tener ningún daño cerebral previo, sufre una lesión externa como el traumatismo craneoencefálico (TCE) o interna como el ictus, meningitis, tumor cerebral o anoxia cerebral (falta de oxígeno en el cerebro).
Las consecuencias del daño cerebral afectan a la globalidad del individuo y aunque los déficits motores suelen ser los más llamativos, las secuelas pueden manifestarse como problemas cognitivos, emocionales, conductuales, sensitivos y sensoriales.