El 50% de los supervivientes de ictus sufre secuelas y la rehabilitación temprana reducirá su dependencia en un 20%

El 50% de los supervivientes de ictus sufre secuelas y la rehabilitación temprana reducirá su dependencia en un 20%

El 50% de los supervivientes de ictus sufre secuelas y la rehabilitación temprana reducirá su dependencia en un 20% 1359 903 Docor Comunicación

 

Con motivo del Día Mundial del Ictus (29 de octubre), la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) ha destacado que la mitad de las personas que sobreviven a un ictus sufre secuelas, siendo en un tercio de los casos de carácter grave. Entre las principales secuelas se encuentran la pérdida de función motora, que afecta al 50-85% de los pacientes, los trastornos del habla, las disfunciones cognitivas, la espasticidad y la debilidad muscular. La SERMEF ha subrayado que una rehabilitación neurológica temprana e intensiva puede reducir la dependencia funcional en un 20%, mejorando significativamente la calidad de vida de los afectados.

Estos datos que ha ofrecido la SERMEF corresponden a la última Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud. Según este documento, el ictus afecta a más de 120.000 personas cada año en España, con una tasa de discapacidad funcional que alcanza al 50% de los supervivientes. “Esto hace que el ictus sea una de las principales causas de discapacidad en adultos en todo el mundo”, han agregado desde la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física.

En este contexto, de la SERMEF han destacado que, “aunque el ictus es más común en mayores de 55 años, se ha registrado un aumento del 40% en la incidencia de ictus en adultos jóvenes” y pone el foco en la importancia de detectar rápidamente los síntomas y poner en marcha una rehabilitación tempranos para el tratamiento de las secuelas”.

“La rehabilitación temprana y especializada es crucial para mitigar las secuelas del ictus. El inicio precoz de un programa de rehabilitación integral puede reducir la mortalidad y la dependencia funcional hasta en un 20%. Además, si las terapias rehabilitadoras se aplican con la intensidad y la duración adecuadas, se puede mejorar significativamente la recuperación funcional, reduciendo el riesgo de complicaciones a largo plazo, como el deterioro cognitivo y la depresión”, han subrayado.

En este sentido, desde la SERMEF han señalado que la rehabilitación “debe iniciarse tan pronto como el paciente esté médicamente estable, para maximizar las posibilidades de una recuperación efectiva”.

Desigualdades en el acceso a la rehabilitación

Aunque la rehabilitación es esencial para la recuperación de los pacientes con ictus, la SERMEF ha denunciado que “existen importantes desigualdades en el acceso a los tratamientos entre las distintas Comunidades Autónomas”. “Estas disparidades generan diferencias notables en los resultados de los pacientes, y subrayan la necesidad de una mayor coordinación y equidad en la prestación de servicios, así como implementar sistemas de evaluación que permitan medir la calidad y el impacto de los programas de rehabilitación”.

Modelos innovadores de rehabilitación: del hospital al hogar

La rehabilitación tras un ictus no se limita al ámbito hospitalario. Según la SERMEF, la atención ambulatoria y domiciliaria “son herramientas clave para muchos pacientes, especialmente aquellos con discapacidades moderadas. Estudios citados en la Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud han demostrado que la rehabilitación en el hogar puede reducir la estancia hospitalaria en hasta seis días y mejorar los resultados funcionales. Los programas de alta precoz asistida, en los que el equipo de rehabilitación se traslada al domicilio del paciente, son una opción altamente efectiva para muchos casos”.

La SERMEF ha destacado que “un tercio de los pacientes que sobreviven a un ictus sufren secuelas permanentes que afectan tanto a su calidad de vida como a su capacidad de reintegrarse social y laboralmente. Entre las secuelas más graves se encuentran la espasticidad (La espasticidad es un trastorno motor que se caracteriza por un aumento del tono muscular, lo que provoca rigidez o tirantez de los músculos y puede interferir con el movimiento, el habla o la capacidad de realizar tareas cotidianas), el deterioro cognitivo, la fatiga crónica y la depresión. “El seguimiento a largo plazo y el apoyo emocional son esenciales para mejorar la vida de los pacientes y sus familias, quienes también se ven afectados por la carga emocional y física del cuidado”, ha afirmado la SERMEF.

Es por ello que la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF)  ha subrayado la necesidad de programas de autocuidado y actividad física adaptada, así como de apoyo psicológico continuo para los pacientes y sus cuidadores. “El ictus no solo afecta al cuerpo, también tiene un impacto significativo en la salud mental y el bienestar emocional, por lo que es vital abordar todas las esferas de la vida del paciente durante el proceso de recuperación”, han destacado.

Prevención: clave para reducir la incidencia de nuevos ictus

En el contexto del Día Mundial del Ictus, la SERMEF ha hecho un llamamiento a la población para que preste atención a los factores de riesgo modificables. Según la Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud, hasta un 80% de los ictus recurrentes podrían prevenirse mediante el control de la hipertensión, la reducción del tabaquismo, una dieta saludable y la práctica regular de actividad física. “La prevención es el arma más poderosa que tenemos para reducir la incidencia del ictus y sus devastadoras consecuencias”, ha concluido la SERMEF.

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