Las disfonías psicógenas, cada vez más presentes en las consultas de logopedia

Las disfonías psicógenas, cada vez más presentes en las consultas de logopedia

Las disfonías psicógenas, cada vez más presentes en las consultas de logopedia 1359 903 Docor Comunicación

El Colegio de Logopedas del País Vasco, en el marco del Día Mundial de la Voz, que cada año se conmemora el 16 de abril, ha advertido del crecimiento del número de personas que acuden a las consultas de los logopedas especializados en voz con un trastorno de disfonía psicógena o de conversión.

Según explica Olga Bermúdez, vicepresidenta del Colegio y logopeda especializada en voz, la disfonía de conversión es una disfonía que tiene su origen en algún factor psicológico.

Según detalla, en su trabajo con una médica especialista en otorrinolaringología, a,bas constataron que ciertos pacientes no avanzaban en el tratamiento, hasta que descubrieron que el origen de la disfonía no era funcional, sino que era psicógeno, psicológico. «Hasta que no derivamos al paciente a un profesional de la psicología, para desbloquear el trauma, o la ansiedad o el estrés que presenta, no hemos conseguido ver avances en los pacientes».

La vicepresidenta del Colegio de Logopedas del País Vasco constata que cada vez están apareciendo más pacientes con este perfil. «Son, sobre todo, mujeres entre los 30 y los 50 años y estamos descubriendo que, una vez que indagas en su pasado, en cómo está esa persona en relación a su situación laboral o cómo se encuentra respecto a su situación familiar (cuidado de personas a su cargo, etcétera), vemos que la aparición de esa disfonía coincide con situaciones a las que la persona le cuesta adaptarse o soportar».

Para la experta, aunque la disfonía psicógena o de conversión tiene un origen psicológico, «es una disfonía efectivamente funcional, porque los músculos no están funcionando debidamente, debido a la existencia de una sobrecarga muscular.

Pero al final, el origen no se encuentra en que esa persona tienda a hablar con un sobresfuerzo, sino en que esa tensión, esa ansiedad o ese estrés está siendo somatizado en la musculatura de la mandíbula, del cuello, de los hombros o del pecho (afectando también a la respiración). Y una de las consecuencias de esta situación es la disfonía».

Abordaje y tratamiento

Normalmente, las personas con este problema acuden primero al especialista médico en otorrinolaringología, que, a su vez, les deriva al logopeda. Desde el ámbito logopédico, una vez valorado y evaluado el problema, se deriva a profesionales de psicología y fisioterapia.

«En la consulta de logopedia, muchas veces, se puede constatar si la persona es nerviosa, tiene estrés o ansiedad o si está emocionalmente al límite. De hecho, muchas personas se ponen a llorar durante la consulta porque no pueden más con su rutina o sus problemas. Entonces, es ahí cuando se deriva al psicólogo», aclara la logopeda Olga Bermúdez.

Devolver la voz al paciente

Desde el ámbito logopédico, durante la valoración de la persona para el tratamiento de recuperación de la voz, se le explora toda la musculatura mandibular, cómo es su apertura, cómo se encuentra la musculatura supra e infrahioidea, cómo es la movilidad de la laringe, qué postura presenta, etcétera. «En los casos en los que es necesario, se deriva al fisioterapeuta, que es otra pieza clave en este abordaje multidisciplinar frente a esta patología».

El o la profesional de la fisioterapia trabaja la parte postural y tensional de cuello, hombros, pecho, espalda, mientras que el o la profesional de la psicología indaga en los procesos mentales y da recursos para trabajar los problemas psicológicos que le estén afectando.

Estos problemas suelen ser, tal y como describe la vicepresidenta del Colegio de Logopedas del País Vasco, «desde ansiedad por el trabajo, pasando por traumas que han tenido desde la infancia y que están somatizándose ahora, hasta trastornos de la personalidad. Y son estos problemas los que acaban dando síntomas hasta provocar el bloqueo de la voz».

«La psicóloga con la que trabajo suele comentar que, cuando tienes mucho que callar o has callado mucho durante toda tu vida o has ocultado cosas, al final la tensión te produce un “nudo en la garganta” y se te bloquean los músculos de la laringe. Y es algo que vemos cada vez más en las consultas», apunta.

Con el tratamiento multidisciplinar de todos los implicados, logopeda, psicólogo y fisioterapeuta, el paciente suele mejorar de manera progresiva. «En nuestro caso, obviamente, mantenemos un tratamiento logopédico para hacer una reeducación vocal; para que esa persona sea consciente de cómo está usando la voz, de cómo ésta sale, de que no tiene que activar nada, que la voz tiene que salir sola, de que puede amplificar el volumen sin esfuerzo, etcétera. Pero tiene que haber necesariamente un trabajo conjunto y coordinado en los tres ámbitos para que la mejoría se pueda mantener».

Acompañamiento y empatía

Los y las logopedas, como terapeutas, trabajan el ámbito relacionado con la voz, que en este caso es un síntoma de un problema que es más complejo y que requiere de ayuda por parte de otras disciplinas. «Nosotros, los logopedas, no tenemos que hacer el papel del psicólogo, pero sí que tenemos que acompañar de manera emocional a la persona afectada, mostrar empatía y hacerle ver que su problema no lo está provocando ella, porque muchas veces se consideran a sí mismas culpables, cuando en realidad lo que ocurre es que se está somatizando un problema psicológico más profundo y que está afectando de manera patológica a esa persona», concluye la vicepresidenta del Colegio de Logopedas del País Vasco.

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