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hipertensión

Casi 1 de cada 3 pacientes con hipertensión presenta también apnea obstructiva del sueño

Casi 1 de cada 3 pacientes con hipertensión presenta también apnea obstructiva del sueño 1359 903 Docor Comunicación

Según un estudio publicado en la Revista Española de Cardiología, se estima que el 42,6% de la población española mayor de 18 años es hipertensa, siendo la incidencia de esta patología cardiovascular muy superior en el caso de los varones (49,9%) que de las mujeres (37,1%). La presencia de hipertensión arterial (HTA) coexiste en muchas ocasiones con la presencia de un trastorno del sueño, la apnea obstructiva del sueño (AOS), caracterizado por la presencia de pausas frecuentes en la respiración (apneas) inducidas por el sueño. No en vano, se calcula que más del 30% de los pacientes con hipertensión arterial presentan AOS, un porcentaje que se dispara hasta el 70% en aquellos pacientes con HTA resistente.

“La apnea obstructiva del sueño produce dos consecuencias inmediatas en los pacientes que la padecen: Por un lado, una falta de oxigenación por la interrupción de la respiración (hipoxia intermitente). Por otro, un incremento del esfuerzo ventilatorio para vencer a la obstrucción de las vías respiratorias, lo que produce cambios en la presión intratorácica que también son negativos para el corazón. Estos dos factores parecen tener una relación fundamental con el desarrollo de la hipertensión”, explica la doctora Mercè Mayos, jefa clínica de la Unidad del Sueño y de Función Pulmonar del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona y vocal de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES).

La hipertensión es un factor de riesgo “importantísimo” para el desarrollo de otras enfermedades cardiovasculares como la insuficiencia cardiaca, el infarto o el ictus, por lo que el tratamiento de la apnea obstructiva del sueño es “fundamental”, explica la experta, que señala que el tratamiento de los pacientes con CPAP “reduce la presión arterial y, por tanto, mejora el control de la hipertensión”. Este efecto, según añade la doctora Mercè Mayos, es especialmente notable en los pacientes con hipertensión resistente refractaria y en los pacientes non-dipper, aquellos en los que no se produce un descenso de la presión arterial durante la noche con respecto al día: “En esos pacientes es donde se observa el mayor efecto de la CPAP”.

Apnea Obstructiva del Sueño e ictus: otra estrecha relación

La hipertensión no es la única enfermedad cardiovascular relacionada con la apnea obstructiva del sueño. No en vano, se estima que la AOS incrementa entre dos y tres veces el riesgo de sufrir un ictus y que empeora el pronóstico y la recuperación funcional de los pacientes tras un accidente cerebrovascular.

En ese sentido, la doctora Mercè Mayos ha participado en un estudio que se publicará próximamente en la revista científica Sleep en el que, mediante una nueva técnica de espectografía, los investigadores han analizado las alteraciones hemodinámicas cerebrales que se producen durante los episodios de apnea. “Hemos visto que aquellos pacientes con apnea grave, en el momento en el que realizan la apnea presentan unos cambios a nivel de la microcirculación y de hemodinámica cerebral. Hemos observado una caída del 20% del flujo cerebral, una hipoxia intermitente a nivel cerebral que, igual que ocurre en el caso de la hipertensión, también podría relacionarse con el riesgo de ictus”, explica la vocal de FESMES, que añade por último que estudios recientes apuntan que el tratamiento con CPAP disminuye también la incidencia de nuevos episodios de enfermedad cerebrovascular en los pacientes con apnea del sueño y antecedentes de ictus.

bipolar

Una de cada tres personas con trastorno bipolar también sufre una adicción a sustancias

Una de cada tres personas con trastorno bipolar también sufre una adicción a sustancias 1359 903 Docor Comunicación

Recientemente se ha celebrado el Día Mundial del Trastorno Bipolar, un trastorno mental grave que se estima que sufre el 2% de la población española, es decir, más de un millón de ciudadanos. Caracterizado por la alternancia de episodios depresivos y de episodios de manía o euforia, el trastorno bipolar tiene habitualmente su inicio durante la juventud, con picos de inicio importantes alrededor de los 18 y de los 25 años.

“Hablamos de gente joven que tiene una enfermedad que se puede complicar bastante con el consumo de sustancias y el desarrollo de la patología dual”, explica la doctora Ana González Pinto, jefe de Servicio del Psiquiatría del Hospital Universitario de Álava y miembro de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), que señala que alrededor de un tercio de las personas diagnosticadas de trastorno bipolar presentan también un trastorno por uso de sustancias, fundamentalmente relacionados con el consumo de tabaco, de alcohol y de cannabis. “El consumo problemático de sustancias puede aparecer como consecuencia del trastorno bipolar; pero otras veces ese consumo puede ser uno de los factores que desencadenan el trastorno bipolar, sobre todo en personas que tienen vulnerabilidad genética”, añade.

Según explica la experta, el consumo de sustancias está más ligado a las fases de euforia, en las que es más habitual que los pacientes puedan llevar a cabo acciones que pongan en riesgo su vida (entre ellas, el consumo de sustancias). “Hemos comprobado que, aunque el consumo se produce en las dos fases del trastorno bipolar, es más común en las fases de euforia. Sin embargo, en los momentos de depresión es más difícil abordar las adicciones, ya que la depresión precisamente se caracteriza por una menor energía y por una menor voluntad, lo que hace más difícil el abandono del consumo por parte de los pacientes. Al final, como los síntomas depresivos son más frecuentes y cuesta más abandonar el consumo, también es más habitual ver con más frecuencia a personas con síntomas depresivos y adicción a sustancias”, argumenta.

El problema, según la doctora Ana González Pinto, es que el trastorno por uso de sustancias empeora “siempre” el pronóstico del trastorno mental. “Siempre que se consumen sustancias, el trastorno aumenta de gravedad porque se incrementa la dificultad en el tratamiento, los fármacos tienen menos eficacia, hay más dificultad para tener una constancia en el tratamiento y, por tanto, la mejoría va a ser más lenta”, sostiene la portavoz de la SEPD, que destaca que estos pacientes necesitan una mayor atención, una mayor intensidad de tratamientos y un abordaje dual de su adicción y su trastorno mental.

“Muchas veces los pacientes con patología dual se ven obligados a acudir a distintos dispositivos sanitarios (salud mental y adicciones) para tratar esta condición clínica, cuando realmente el tratamiento debería ser integral e integrado, como ha puesto en evidencia numerosas investigaciones recientes”, sostiene la psiquiatra, que añade que esta falta de integración lleva a muchos pacientes a encontrarse ante dos puertas diferentes de entrada al sistema sanitario, una situación que genera un importante aumento de la morbimortalidad y de sufrimiento para los pacientes y sus familias.

reservorio

Los reservorios subcutáneos ofrecen un mejor perfil de seguridad a los pacientes oncológicos con tratamientos prolongados

Los reservorios subcutáneos ofrecen un mejor perfil de seguridad a los pacientes oncológicos con tratamientos prolongados 630 470 Docor Comunicación

Las personas con cáncer suelen recibir tratamiento a través de una vena, lo que se conoce como tratamiento intravenoso. Este tipo de tratamiento presenta algunas complicaciones comunes para los pacientes, como molestias o dolor por los pinchazos reiterativos en una misma zona, la inflamación de las venas (flebitis) por el efecto de los fármacos o el endurecimiento de las paredes o la obliteración de las venas debido a la suma de daño por punción, inflamación y trombosis. En ese contexto, los accesos vasculares centrales (la instauración de catéteres en las venas de mayor calibre) permiten garantizar un acceso a la circulación del paciente en cualquier momento, sin la necesidad de repetir punciones en los brazos. Estos accesos constituyen desde hace tiempo un procedimiento común en la práctica médica hospitalaria, y más concretamente en el manejo multidisciplinar del paciente oncológico.

“Poseer un acceso funcional, seguro, cómodo, estable y durable a una vena de buen calibre es una parte primordial para un altísimo porcentaje de pacientes que van a recibir tratamiento con quimioterapia, o que necesitan transfusiones o en pacientes con infecciones, que requieren largos tratamientos con antibiótico, ya que además también permiten la obtención de muestras de sangre o la administración de contraste”, explica el doctor Andrés Madrid Vallenilla, radiólogo vascular e intervencionista del Hospital Universitario Infanta Sofía (San Sebastián de los Reyes, Madrid) y miembro de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI).

La instauración de estos accesos vasculares, explica el doctor, constituye una importante parte de la actividad diaria de un radiólogo intervencionista, ya que es este especialista médico el que conoce “todos los fundamentos” que permiten la elección del mejor catéter para cada paciente: “El radiólogo vascular e intervencionista tiene la capacidad y dispone de las técnicas de imagen y funcionales para valorar a cada paciente, sus venas, su anatomía y garantizar, además, los más altos estándares de calidad y seguridad para su implantación, para así mantener una baja tasa de complicaciones derivadas de su colocación, existencia y uso”.

Concretamente, según los últimos datos aportados por los radiólogos intervencionistas que participaron en el registro de la SERVEI, en el período 2018-2019 los RVI realizaron 53.760 intervenciones para pacientes con necesidad de un acceso venoso.

Múltiples ventajas para el paciente oncológico

Señala el doctor Andrés Madrid Vallenilla que los accesos vasculares producen “una gran mejora de la calidad de vida” de los pacientes, ya que éstos se ahorran punciones en los brazos, la necesidad de permanecer con el brazo inmovilizado mientras se recibe un tratamiento e, incluso, tienen la posibilidad de evitar el ingreso hospitalario para recibir algunos tratamientos que, con un catéter, pueden recibirse en casa.

En ese sentido, el experto destaca el papel de los reservorios subcutáneos, un tipo de acceso vascular que presenta una gran ventaja: la posibilidad de quedar completamente oculto bajo la piel. “Cuando no se usa, se puede hacer vida completamente normal, como meterse en una piscina, bañarse en el mar o practicar casi cualquier deporte”, explica Madrid Vallenilla, que destaca que diversos estudios recientes han demostrado que estos reservorios, además de ser más cómodos de llevar y de requerir menores trabajos para su mantenimiento y cuidados, “son más coste-efectivos y presentan el mejor perfil de seguridad”.

autismo

Entre el 50 y 80% niños con autismo tienen problemas de sueño

Entre el 50 y 80% niños con autismo tienen problemas de sueño 1359 903 Docor Comunicación

El 2 de abril se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, un conjunto de afecciones neurológicas y de desarrollo que a menudo empiezan a manifestarse durante la primera infancia y que según estudios internacionales podrían afectar a en torno al uno por ciento de la población. Aunque existe una amplia variabilidad de manifestaciones en función de la gravedad del trastorno, entre los síntomas más conocidos del Trastorno del Espectro Autista (TEA) se encontrarían los problemas con la comunicación y las interacciones sociales, así como las conductas o intereses restrictivos o repetitivos. También otras alternaciones más desconocidas y, sin embargo, generalizadas, como los problemas con el sueño.

“Se estima que entre un 50% y un 80% de los niños y las niñas con autismo tienen problemas de sueño, sobre todo para iniciar y para mantener el sueño, un porcentaje muy superior respecto al que presentan los niños con desarrollo neurotípico, que es del 30%”, explica el doctor Óscar Sans, coordinador del grupo de trabajo de Pediatría de la Sociedad Española de Sueño (SES). Más allá de esos porcentajes, Sans destaca que lo “más preocupante” es la evolución de estos trastornos de sueño: mientras en uno de cada dos niños con un desarrollo neurotípico los problemas para conciliar o mantener el sueño pueden desaparecer con el tiempo, sin realizar acciones específicas al respecto, en el caso de los niños con TEA ese porcentaje no llega si quiera al 10%, de ahí que sea “absolutamente vital” abordar estos trastornos del sueño: “Haciéndolo vamos a mejorar el sueño, pero también los síntomas CORE (estereotipias, irritabilidad, falta de comunicación, etc.) durante el día. Es muy importante que estos niños pasen una buena noche, porque eso hará que pasen un mejor el día. Y viceversa. Cuanto mejor pasen el día, mejor pasarán la noche. Y con eso también ganará en calidad de vida la familia”, reflexiona.

La importancia de las rutinas de sueño

Como señala el coordinador del grupo de trabajo de Pediatría de la SES, hay dos razones que explicarían esta relación entre autismo y problemas de sueño. Una de ellas es biológica: “Sabemos que los genes que están encargados de regular los ciclos de sueño y de vigilia están alterados y no funcionan bien en los niños con trastorno del espectro autista. Además, parece ser que el efecto que tiene la melatonina sobre el reloj central de estos niños no es suficiente”, explica Óscar Sans. De ahí que la melatonina, pautada por el pediatra, sea un tratamiento habitual si existen problemas de inicio o de mantenimiento del sueño.

Por otro lado, añade el experto, existe una razón más vinculada a problemas con las rutinas y hábitos de sueño, ya que el hecho de que éstas no sean las adecuadas puede dificultar aún más si cabe la regulación de los ritmos de sueño y vigilia. En ese sentido, aunque Sans recuerda que el autismo abarca un amplio espectro clínico, desde más manifestaciones más leves a más severas, y que por lo tanto la intervención de tipo más conductual debe adaptarse y personalizarse en función del tipo de TEA que presente el menor, el experto ofrece una serie de recomendaciones generales para mejorar el sueño de los niños y niñas con autismo:

1) Es importante mantener unas buenas rutinas durante el día, porque las rutinas de sueño no son una cosa únicamente de por la noche, sino de 24 horas. En ese sentido, hay que intentar comer en horarios regulares (evitando las cenas copiosas) y promover la actividad física, preferiblemente por la mañana y evitando en todo caso la actividad física intensa a últimas horas de la tarde.

2) Reducir la activación lumínica por la tarde-noche, evitando siempre que sea posible el uso de pantallas unas dos horas antes de irnos a dormir. Esto es fundamental, porque se sabe que los niños con TEA tienen una exposición a pantallas superior a la de los niños con un neurodesarrollo típico. Es decir, se exponen mucho más a la luz blanca y azul, que inhibe la secreción de la melatonina. A veces es verdad que esa exposición se debe a que las pantallas les facilitan la comunicación con su entorno; si ese es el caso, lo recomendable es aplicar el filtro de la luz azul que hoy en día tienen todos los dispositivos electrónicos.

3) Dividir la rutina del sueño en dos partes. Una fuera de la habitación, promoviendo una disminución de la actividad, con unas condiciones de luz tenue para facilitar que baje el cortisol y empiece a subir la melatonina. Es una forma de facilitar la relajación para que los niños entiendan que llega el momento de irse a la cama, que sería la segunda parte de la rutina, ya en la habitación, con los padres facilitando el sueño por un periodo de 20-30 minutos máximo.

depresión

Avances en el abordaje de la depresión

Avances en el abordaje de la depresión 1359 903 Docor Comunicación

Narcis-CardonerDr. Narcis Cardoner | Director del Servicio de Psiquiatría del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Ponente del XXXI Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría

Nuevos tratamientos farmacológicos que ya disponemos y otros que vendrán, la extensión de la psicoterapia y una mayor dotación de recursos en la asistencia especializada en Psiquiatría son las herramientas que nos ayudarán a abordar los altos índices de casos de depresión.

Según datos de la OMS la pandemia COVID-19 ha aumentado la prevalencia de ansiedad y depresión en el mundo en un 25%. Si tomamos como referencia un número aproximado de 1.000.000 de pacientes con depresión en España, supondría un incremento a entorno 200.000 nuevos casos de depresión mayor; si hablamos de síndromes depresivos, llegaría hasta 400.000 nuevos casos.

La depresión se caracteriza por una tristeza profunda y una pérdida del interés; además de una amplia gama de síntomas emocionales, cognitivos, físicos y del comportamiento como irritabilidad, el llanto, el aislamiento social, la pérdida del interés y del placer de las actividades en la vida cotidiana.

Con mucha frecuencia se asocia el término depresión con las reacciones de duelo o estados emocionales transitorios, pero cuando se menciona a la depresión, hay que plantearla como lo que es: una enfermedad en muchos casos grave, crónica o recurrente, resistente a los tratamientos en algunos casos y que requiere de un abordaje multidisciplinar para desarrollar una adecuada estrategia terapéutica.

El incremento de los casos de depresión que ha supuesto la pandemia de la COVID-19 nos obliga a dar una respuesta eficiente y acorde con las causas y factores desencadenantes. De esta forma, factores del ámbito psicosocial provocados por la pandemia (factores estresantes, duelos, aislamiento, reducción de la sociabilidad, etc.) han influido en que una problemática como es la depresión se extienda. En los casos leves y moderados la psicoterapia es una buena forma para abordarla, ya sea sola o unida a una medicación cuando se necesita.

El desarrollo de intervenciones psicoterapéuticas ha demostrado que son eficaces, pero no siempre están a disposición de la mayoría de las personas que comienzan con cuadros depresivos y deberían ampliarse, al igual que el resto de recursos en Psiquiatría del sistema sanitario, ya que son muy escasos y la oferta no se corresponde con la demanda.

Este refuerzo tiene que hacer más accesibles las intervenciones psicoterapéuticas, sobre todo en aquellos trastornos depresivos en los que el componente psicosocial ha sido determinante en la aparición de la enfermedad. Para ello estamos estudiando la efectividad de intervenciones de baja intensidad, desarrolladas por la OMS para reducir el nivel de ansiedad y depresión, que se pueden aplicar a mayor escala.

Además, el uso de internet como apoyo en los tratamientos bajo supervisión médica guiadas con aplicaciones y/o sistemas de comunicación con los terapeutas, ayudan también a reforzar este abordaje, pero se necesita su extensión.

DEPRESIÓN MAYOR Y RESISTENTE

La principal característica, a diferencia de otros trastornos depresivos, es que los síntomas del trastorno depresivo mayor traen consigo disfunción a nivel familiar, social y laboral, que impiden e incapacitan al paciente para realizar las tareas del día a día a día y por eso es considerada una enfermedad mental grave.

Entre el 10-30% de los pacientes depresivos no responde a los tratamientos y presentan síntomas resistentes, provocando un grave deterioro de la salud física, social e laboral de los pacientes. Recientemente se ha aprobado un nuevo medicamento para dar respuesta a esta situación que ya está desde hace muy poco disponible en el Sistema Nacional de Salud.

Nuevo medicamento es de administración intranasal cuyo principio activo es la esketamina para el tratamiento de la depresión resistente, bajo la prescripción y seguimiento de un psiquiatra. Es un tratamiento que es mucho más rápido. En el primer día ya se aprecian cambios. Tiene un mecanismo de acción muy diferencial. Desde el 1 de noviembre lo disponemos y se está integrando en nuestra práctica clínica habitual.

A nivel experimental se están trabajando con psicodélicos, asociado a psicoterapia. Se están haciendo ensayos clínicos en ese campo. Hay líneas de investigación con resultados preliminares prometedores que se encuentran en fase 2 de investigación, pero aún hay que ser cautos y hay que esperar a resultados definitivos. Este es un aspecto del que se está hablando. Hay un aumento en el contexto de la investigación del abordaje de la depresión y promete que en un futuro a corto plazo contemos con más tratamientos nuevos que pueden ser en este contexto o en otro.

depresión

La depresión dual empeora el pronóstico de los pacientes

La depresión dual empeora el pronóstico de los pacientes 1359 903 Docor Comunicación

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a la Encuesta Europea de Salud 2020, se estima que alrededor de 2,1 millones de personas (5,4% de la población) sufren algún tipo de cuadro depresivo en España, 230.000 de las cuales son depresiones graves atendiendo a la severidad de la sintomatología. La prevalencia de la depresión es especialmente significativa en el caso de las mujeres (prevalencia del 7,1% frente al 3,5% de los hombres) y, más en concreto, en los cuadros severos, ya que por cada caso de depresión grave en hombres se dan 3,5 casos en mujeres.

Lo que no se conoce tanto es que la depresión cursa de forma muy frecuente con trastornos por uso de sustancias, la conocida como Depresión Dual; una convergencia que, según las investigaciones científicas, se da en entre un 11% y un 80% de los casos. “Son cifras muy dispares, pero lo cierto es que es bastante frecuente que estos dos trastornos se den a la vez; y si no a la vez, sí en la misma persona a lo largo del tiempo”, ha afirmado el doctor Fernando Mora Mínguez, jefe de la Sección de Psiquiatría del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid, que ha explicado que ambos trastornos mentales (la depresión y la adicción a sustancias) incrementan el riesgo de desarrollar el otro, aunque lo que produce con mayor frecuencia es que “haya una depresión primero y luego que llegue el consumo de sustancias”.

Estos datos han sido aportados por el doctor Mora Mínguez durante su ponencia Patología Dual y su impacto pronóstico en la depresión, enmarcada dentro del programa de la tercera edición de las Jornadas de Patología Dual y Adicciones en Canarias, organizado por la Sociedad Española de Patología Dual, el Servicio Canario de Salud y el Gobierno de Canarias, que ha reunido en el Hotel AC Iberia de Las Palmas de Gran Canaria a más de un centenar de psiquiatras, psicólogos y profesionales sanitarios vinculados al ámbito de la salud mental.

Estigma y dificultades en el tratamiento

Según ha explicado Fernando Mora Mínguez, cuando una persona sufre patología dual el pronóstico es peor que cuando solo hay depresión o consumo de sustancias. “Al final la evolución va a ser peor, van a haber más problemas a nivel social, va a existir un mayor riesgo de suicidio, los síntomas de la depresión van a ser más severos, etc.”, ha enumerado.

Esto, según el doctor, se debe a dos razones básicas. Por un lado, al estigma: “Cuando hablamos de depresión dual estamos hablando de dos manifestaciones sintomáticas (la depresión y la adicción) que, por sí mismas ya generan estigma. Las dos juntas, todavía más”.

Por otro, a la dificultad existente para tratar los dos trastornos a la vez. “El modelo sanitario e institucional con el que contamos ahora mismo no está organizado para tratar de forma integrada e integral a los dos trastornos, lo que hace más difícil todavía el abordaje de la patología dual”, ha señalado el experto, que ha añadido que esta falta de integración lleva a muchos pacientes a encontrarse ante dos puertas diferentes de entrada al sistema sanitario (salud mental o adicciones), una situación que genera un importante aumento de la morbimortalidad en estos pacientes y de sufrimiento para ellos y sus familias.

En ese sentido, Fernando Mora ha destacado la necesidad de que los pacientes de patología dual cuenten con tratamientos integrados, así como con profesionales de referencia en estos trastornos. “Tal y como sucede en jornadas como esta, hay que facilitar y promover que los psiquiatras y los profesionales de la salud mental se formen en patología dual para tratar de una manera concreta y específica a cada paciente, que se desarrollen programas de atención específica, que se apueste por la investigación integrada, que se ayude a las familias y se les ofrezca apoyo; y que se incorpore a los pacientes en la toma de decisiones. Hay que escuchares y saber las necesidades específicas que tienen”, ha concluido.

obesidad

El 40% de las personas con enfermedad mental grave son obesas

El 40% de las personas con enfermedad mental grave son obesas 1359 903 Docor Comunicación

Aproximadamente el 40% de las personas que padecen enfermedad mental grave como esquizofrenia, trastorno bipolar o la depresión mayor padecen obesidad y sus problemas asociados como hipertensión arterial, hipercolesterolemia o diabetes. La agrupación de estos factores suele conocerse como síndrome metabólico. Esta condición les provoca una menor calidad y esperanza de vida por el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y tienen, por tanto, más riesgo de fallecer por un infarto de miocardio que la población general. Se estima en este sentido que las personas con esquizofrenia viven dos décadas menos.

La obesidad en las personas con Trastorno Mental Grave (TMG) se produce por varios factores. Su aparición puede estar relacionada con los efectos secundarios de los tratamientos psicofarmacológicos, especialmente los antipsicóticos, pero también puede deberse a un estilo de vida menos saludable incluyendo dietas altas en grasas o la falta de ejercicio. Como resultado, la obesidad y diabetes pueden coexistir e impactar negativamente en la salud física de los pacientes.

 Estas afirmaciones han sido realizadas por el Dr. Javier Labad, director del Servicio de Salud Mental y Adicciones del Consorcio Sanitario del Maresme (Cataluña) durante un taller sobre las consecuencias de la obesidad en patologías psiquiátricas. Dicho taller ha tenido lugar en el XXXI Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría que se ha celebrado recientente en Vitoria, que es la reunión anual de referencia de la Psiquiatría estatal en la que se presentan las actualizaciones y líneas estratégicas en salud mental.

En este foro, el experto ha señalado que la enfermedad mental grave “trae consigo disfunción a nivel familiar, social y laboral, que impide e incapacita al paciente para realizar las tareas del día a día a día y llevar una vida activa y normalizada. “Ven condicionada su salud física y se forma un círculo complejo de manejar”.

“Son personas con una vida sedentaria, que no hacen ejercicio físico, que no llevan una dieta adecuada, consumidoras de drogas en algunos casos… todos estos factores contribuyen a un mal estado físico en general que aumenta el riesgo de obesidad y de padecer enfermedades cardiovasculares asociadas, y por tanto, presentan una mayor probabilidad de fallecer por este motivo y no por su propia enfermedad mental ni por riesgo de suicidio como se tiende a pensar”, ha subrayado el especialista.

Abordaje

En este contexto, el experto ha considerado “imprescindible el trabajo multidisciplinar de los profesionales de la salud mental con otros profesionales de la nutrición, la actividad física y enfermería para tratar este síndrome metabólico que presenta el 40% de las personas con enfermedad mental grave”. “Este síndrome condiciona una obesidad visceral con un exceso de grasa corporal alrededor de la cintura, un  aumento de la presión arterial, niveles altos de glucosa en sangre y niveles anormales de colesterol o triglicéridos”.

El síndrome metabólico aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2. De esta forma, se deben poner en marcha acciones con medicación específica para la obesidad, dieta, optimización del tratamiento psicofarmacológico evitando aquellas medicaciones que causan incremento de peso, promoción del ejercicio físico, etc”, ha descrito el Dr. Labad.

En este contexto, ha afirmado que en los pacientes con Trastorno Mental Grave “es complejo llevar a cabo intervenciones dietéticas y de promoción del ejercicio físico por su falta de motivación e iniciativa, aunque estudios previos realizados en pacientes con trastornos mentales sugieren que son estrategias terapéuticas útiles para reducir el peso. Otro factor que contribuye a la obesidad es el aislamiento social, los pacientes suelen pasar más tiempo en casa y muchos abordan su ansiedad con continuas visitas a la nevera. Es importante establecer un plan específico y personalizado en cada paciente para mejorar conductas que se asocian con el incremento de peso.”, ha descrito.

 

cáncer

Los tratamientos oncológicos ablativos adelantan la vuelta a la vida normal del paciente con cáncer

Los tratamientos oncológicos ablativos adelantan la vuelta a la vida normal del paciente con cáncer 1359 903 Docor Comunicación

El diagnóstico precoz de muchos tumores, que permite su tratamiento en los primeros estadios de la enfermedad, ha transformado el cáncer en una enfermedad crónica y ha ido incrementando paulatinamente el número de procedimientos e intervenciones oncológicas en los que participan los radiólogos vasculares e intervencionistas.

“Cada vez tenemos más pacientes que van desarrollando metástasis a lo largo de su vida y hay un límite de tejido extirpable para que el resto del órgano sea funcional. Hoy sabemos que el paciente va a durar más y que, por tanto, necesitamos preservar órgano en la medida de lo posible”, afirma la doctora Esther Gálvez, Facultativa Especialista de Área de la Unidad de Radiología Vascular e Intervencionista del Hospital Universitario Severo Ochoa de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI).

Los radiólogos intervencionistas tienen su principal campo de intervención con tratamientos curativos en tumores primarios de hígado, pulmón, riñón de hasta 3 centímetros y páncreas localmente avanzado, así como en las metástasis hepáticas, pulmonares y en adenopatías localizadas. “También utilizamos tratamientos ablativos curativos (con frío, calor e, incluso, con electricidad) en pacientes que por sus condiciones o comorbilidades no pueden entrar en un quirófano, en pacientes con funciones hepáticas que estén muy limitadas y en los que, por tanto, la resección quirúrgica pueda dejar al hígado sin funcionamiento; o bien en pacientes en los que la metástasis o el tumor primario hepático tengan una localización muy complicada que, para su tratamiento con cirugía convencional, precisaría resecar múltiples segmentos hepáticos”, explica Gálvez, que señala que el tratamiento ablativo presenta diversas ventajas frente a la cirugía, entre ellas un menor número de complicaciones y comorbilidades, una menor estancia hospitalaria, una vuelta a la normalidad más rápida del paciente (en 24-48 horas) y la posibilidad de hacer intervenciones sin límite (en el caso de que se hayan quedado células cancerígenas sin eliminar o de nueva metástasis) sin poner en juego la funcionalidad del órgano en cuestión.

Más allá de la ablación: tratamientos paliativos

El papel de los radiólogos vasculares e intervencionistas, destaca la doctora Esther Gálvez, va más allá de la ablación y también abarca tratamientos paliativos. En ese sentido, en tumores que ya no son operables y que precisan de quimioterapia, “que es un tratamiento muy erosivo y que quema las venas”, los radiólogos intervencionistas, a través de intervenciones mínimamente invasivas, pueden colocar catéteres que actúan como una especie de marcapasos debajo de la piel, para permitir el tratamiento con quimioterapia con flujos mayores y evitando los efectos nocivos para las venas.

“En esa misma línea de actuación, en el caso de tumores hepáticos en estadio intermedio (más de 5 centímetros) para los que no existe un tratamiento directo, los radiólogos intervencionistas podemos hacer un tratamiento intermedio y no curativo, que consiste en dar la quimioterapia directamente en el tumor (quimio-embolización). Lo que hacemos es navegar por las arterias hasta llegar a la arteria que nutre al tumor, y le dejamos ahí el tratamiento quimioterápico. Algo parecido es lo que hacemos con el itrio, un radiofármaco de medicina nuclear, para el tratamiento mediante radio-embolización de tumores hepáticos primarios grandes o también de metástasis hepáticas que no permiten un tratamiento local”, explica la portavoz de la SERVEI.

La doctora Esther Gálvez destaca por último que los radiólogos intervencionistas también intervienen en el primer escalón de la lucha contra el cáncer, el diagnóstico, realizando biopsias de las lesiones mediante técnicas de imagen como la ecografía y la tomografía computarizada (TAC) e, incluso, la resonancia magnética (RM). “Hoy en día los radiólogos intervencionistas participamos en todos los pasos del abordaje del paciente oncológico”, concluye.

Tres de cada cuatro ictus que se producen en Euskadi se da en personas mayores de 65 años

Tres de cada cuatro ictus que se producen en Euskadi se da en personas mayores de 65 años 1359 903 Docor Comunicación

Las secciones de Geriatría, Neurología y Cuidados Paliativos de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao (ACMB) ha celebrado una jornada bajo el epígrafe ‘Cuidados paliativos en el paciente con ictus’, dirigida a profesionales sanitarios y estudiantes de ciencias de la salud, que fue moderada por José María Losada Domingo, neurólogo y presidente de la Sección de Neurología de la ACMB.

En su intervención, centrada en los factores predictores de mal pronóstico en el ictus (comorbilidad), la Dra. Naiara Fernández, geriatra, directora Asistencial de IMQ Igurco y presidenta de la sección de Geriatría de la ACMB, recordó que «el ictus afecta a unas 3.400 personas cada año en Euskadi, siendo el 75% de los afectados mayores de 65 años, de los que al menos un 15% fallece».

El pronóstico del ictus está relacionado con la extensión de la lesión así como con la severidad de los síntomas, «pero además, existen factores como la edad, o la existencia de comorbilidad clínica (diabetes, insuficiencia cardiaca), deterioro cognitivo o una situación funcional previa comprometida, que también influyen en el proceso», destacó.

Según la directora Asistencial del grupo sociosanitario vasco IMQ Igurco, «Identificar de forma precoz a aquellas personas con riesgo de fallecimiento o deterioro funcional severo nos va a permitir realizar un adecuado diagnóstico situacional que facilite el inicio de una planificación anticipada de cuidados con el paciente, o en caso de imposibilidad para la comunicación, con su entorno familiar».

«Conocer las preferencias del paciente (de forma directa o a través de sus familiares o allegados) va a facilitar la toma de decisiones difíciles (ventilación mecánica, colocación de sondas de gastrostomía, etcétera) y garantizar que el plan de intervención se ajuste a las preferencias del afectado, también en el caso de enfermedad avanzada y abordaje sintomático-paliativo», concluyó la geriatra.

Neurología

‘La identificación y manejo del paciente paliativo en fase aguda del ictus’ fue el título de la ponencia de la Dra. Covadonga Fernández, neuróloga del servicio de Neurología del Hospital Universitario Cruces, así como profesora de la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Tal y como explicó, «a pesar de los avances en el tratamiento agudo del ictus, su mortalidad y morbilidad son elevadas. Con el envejecimiento de la población nos encontramos en un escenario próximo de aumento de su incidencia y es necesario tener en cuenta que, a diferencia de otro tipo de enfermedades, el ictus es una enfermedad de aparición súbita. Además, los pacientes tienen limitada la capacidad de comunicación con frecuencia. Estas dos características condicionan de manera importante la toma de decisiones en la fase aguda».

La neuróloga puso de manifiesto que en los pacientes con ictus «el tratamiento paliativo puede iniciarse en el mismo momento de la instauración de la enfermedad, junto con el tratamiento agudo». Según dijo, «la estimación del pronóstico y su comunicación al paciente y la familia es fundamental para poder proporcionar los cuidados necesarios a los pacientes con ictus grave, incluyendo los cuidados paliativos. Para la comunicación del pronóstico puede ser de gran ayuda plantear el mejor y el peor escenario esperable», aseveró.

La identificación de los pacientes «nos permite establecer unos objetivos, tomar decisiones y adecuar las medidas maximizando el soporte al paciente y a su familia, ayudándoles en la transición hacia la fase crónica de la enfermedad».

Cuidados paliativos

La jornada se cerró con la participación del Dr. Jacinto Bátiz, director del Instituto para Cuidar Mejor del Hospital San Juan de Dios de Santurtzi, patrono de la Fundación Pía Aguirreche y presidente de la sección de Cuidados Paliativos de la ACMB, quien explicó que los cuidados paliativos son una práctica clínica y una disciplina de la Medicina «centrada en el paciente y en la familia, enfocada en anticipar, prevenir y aliviar el sufrimiento en todas las etapas de la enfermedad, incluidas las que acontecen en el final de la vida».

El director del Instituto para Cuidar Mejor del Hospital San Juan de Dios de Santurtzi destacó que «los cuidados paliativos están dirigidos a cualquier persona que padece una enfermedad grave que interfiere con su calidad de vida, incluidas quienes padecen ictus. Por ello, los pacientes con ictus que presenten una reducida esperanza y calidad de vida deben tener acceso y recibir cuidados paliativos adecuados a sus necesidades». El alivio del sufrimiento y el manejo de los pacientes con ictus en el final de la vida suponen un reto y una oportunidad de mejora para nuestra práctica clínica habitual, añadió y ofreció una serie de pautas sobre cómo cuidar a una persona que ha sufrido un ictus: «teniendo en cuenta sus deseos y sus valores; evitando el abandono; controlando adecuadamente los síntomas que le provocan sufrimiento; evitando la obstinación diagnóstica y terapéutica; y por último, haciendo uso de la sedación cuando el paciente presente un sufrimiento refractario a los tratamientos establecidos anteriormente».

hiperactividad

Existe un sesgo de género en el diagnóstico de niñas y adolescentes con trastorno de atención sin hiperactividad

Existe un sesgo de género en el diagnóstico de niñas y adolescentes con trastorno de atención sin hiperactividad 1359 903 Docor Comunicación

El Colegio de Logopedas del País Vasco, ha realizado en Bilbao un curso titulado ‘Mitos y realidades sobre el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH)’ impartido por el Dr. Gregorio Montero González, médico psiquiatra especializado en salud mental infantil y juvenil, TDAH y problemas con las nuevas tecnologías.

El experto advirtió de que la población, cuando se le pregunta acerca del TDAH, siempre piensa en la hiperactividad. “Sin embargo, no olvidemos a las niñas que pueden tener un déficit de atención sin hiperactividad que muchas veces pasa desapercibido y no llegan a recibir un diagnóstico, ni ayuda ni un tratamiento. Son niñas y adolescentes que luego acaban desarrollando síntomas de ansiedad. En esto hay un sesgo de género. Casi siempre tratamos y diagnosticamos a los niños por la hiperactividad y suele ser un diagnóstico precoz. Sin embargo, muchas veces las chicas no consultan hasta que los problemas son graves en el instituto. Por ello, en numerosas ocasiones nos encontramos con que se ha retrasado el diagnóstico ocho o diez años, o hasta la edad adulta”.

Otro aspecto que destacó durante su intervención se refiere a que el TDAH no siempre conlleva medicación. “La medicación, cuando está indicada, es segura y efectiva. Sin embargo, no en todos los casos hay que empezar por la medicación”. El experto abogó por “un tratamiento multimodal completo, que incluya empezar por medidas psicopedagógicas y psicológicas y, luego, si está indicado el tratamiento, valorarlo con un médico especialista en el TDAH y en el neurodesarrollo”.

Importancia del trabajo en red

El Dr. Gregorio Montero valoró positivamente en el curso el trabajo en red. “Necesitamos trabajar con una red de profesionales desde donde converjan distintos puntos de vista, como psiquiatría, neuropediatría, psicología, logopedia, pedagogos, profesores y padres. Necesitamos estar todos alrededor de los niños y adolescentes, tanto en el TDAH como en muchos otros cuadros y situaciones”.

Según el médico “las etiquetas, como la del TDAH nos sirven a nivel práctico como profesionales; pero no perdamos de vista que las etiquetas no existen. El cerebro de las personas no entiende de etiquetas. Sin embargo, el cerebro entiende de funciones y áreas. Lo más frecuente no es que haya TDAH, autismo, trastorno de desarrollo del lenguaje, sino que lo más frecuente es que se den dificultades en lenguaje, en la socialización, en las funciones ejecutivas, en la concentración, etc. Y a todo eso, le ponemos etiquetas. Estamos poniendo etiquetas a funciones cerebrales que están muchas veces relacionadas”.

El Dr. Gregorio Montero concluyó con un mensaje a los padres y los profesionales: “todos, como adultos, podemos hacer una contribución muy importante en el desarrollo de los niños y adolescentes más allá del TDAH. Y esa contribución viene dada por factores que están a nuestro alcance, como el asegurarnos de que los niños y adolescentes duerman lo suficiente; mantengan una nutrición saludable; hagan ejercicio físico regularmente, si puede ser, al aire libre; y eviten un uso excesivo de las pantallas de videojuegos, móviles, tablets, etcétera”.

Comorbilidad entre dislexia y déficit de atención

En el curso se abordaron casos de niños y jóvenes con TDAH, trastorno del aprendizaje, trastorno de desarrollo del lenguaje y trastorno del espectro autista, problemas que son tratados por distintos profesionales sanitarios.

En este sentido, Antonio Clemente, presidente del Colegio de Logopedas del País Vasco y vicepresidente del Consejo General de Logopedas de España, declaró que “es bastante frecuente que se dé una situación de comorbilidad entre una situación de dislexia y otra de déficit de atención”. Según declaró, “desde la logopedia siempre estamos atentos a estas situaciones y cuando tenemos una consulta por una posible dislexia, siempre miramos cómo está el cálculo, el razonamiento numérico y la recuperación de hechos matemáticos, y, por otra parte, cómo está la atención. Con respecto a los aspectos numéricos hay pruebas específicas para valorarlos, y para el déficit de atención hay unos protocolos que tienen que cumplimentar, por un lado, la familia y, por otro lado, el profesor con el que tenga más relación el niño. Y a tenor de los resultados de esos protocolos, que se corrigen con un programa informático, es decir, sin dar lugar a una interpretación subjetiva del profesional, vemos si existe o no un riesgo elevado de déficit de atención. Y si hay un riesgo elevado, porque lo marca el programa, entonces estamos ante una posible situación de trastorno por déficit de atención, con o sin hiperactividad. Entonces, se indica a la familia que debe realizar una valoración para confirmar o desestimar el diagnóstico”.

En relación con el diagnóstico del TDAH, “no se realiza a través de pruebas biológicas, sino que atiende a criterios clínicos, siendo la interpretación del especialista lo que determina el abordaje del paciente. Ya se ha dado la circunstancia, en varias ocasiones, de que, ante un mismo caso, dos especialistas distintos han opinado diferente. Es un diagnóstico que nosotros lo fiamos a la experiencia del médico. Por lo que es importante contar con una red de especialistas de confianza”, subrayó.

Si se confirma el diagnóstico por déficit de atención “estamos ante un niño que está en una situación que debe ser comunicada a sus profesores para que adopten las medidas que tiene previstas el departamento de Educación; y nosotros, a la hora de trabajar con él, también lo tenemos en cuenta, porque queremos que rinda bien”.

“Nos preocupa también”, señaló el presidente del Colegio de Logopedas del País Vasco, “la cantidad de síntomas que aparecen asociados o secundarios a este problema y que pueden pasar desapercibidos o ser mal interpretados. Porque cuando hablamos de déficit de atención con o sin hiperactividad, la gente en lo que piensa es un niño que no para quieto. Y no siempre es así. Además, las familias tienen mucho temor a que a su hijo le puedan medicar. No tienen la información mínima que les permita tener una reacción de tranquilidad y de saber que se puede solucionar el problema de su hijo”.

El logopeda insistió en que el “estar en una situación con TDAH no tiene nada que ver con la inteligencia. Lo que ocurre es que estos niños rinden a nivel ejecutivo muy por debajo de lo que podrían rendir, porque están en una situación que afecta a su nivel de atención. Entonces, desconectan con mucha frecuencia y los profesores deben estar muy atentos para que no se den estas circunstancias o que se den con una frecuencia que aboque al niño a un fracaso en el aprendizaje”.

En cuanto a las redes de profesionales de distintas disciplinas, como la psiquiatría, la psicología, la educación y la logopedia, “funcionan si hay buena comunicación entre profesores, familia y profesionales de apoyo, como nosotros los logopedas. Si esto se da, estos niños no tendrían que tener ningún problema para pasar de curso, realizar el aprendizaje, dominar el currículum que le plantean, etc. Y podrían hacer los estudios igual que los demás, siempre que se conozca el problema y se aborde de la manera adecuada, proponiendo las medidas compensatorias de rigor. E, igualmente, el niño ha de poner de su parte e ir desarrollando sus recursos”.

Antonio Clemente finalizó poniendo de relieve que “el problema surge cuando las personas del entorno del niño no son conscientes de lo que hay y reaccionan echando broncas, poniendo castigos, suspendiendo, etc. Todo esto provoca un caudal de emociones más o menos negativas que suele acabar dando como resultado un rechazo ante la institución académica. Y son menores que, en otras circunstancias, podrían tener un rendimiento típico o, incluso, un rendimiento, de acuerdo a su capacidad, elevado”.

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